Desarrollo del concepto

Para ello, primero se realiza junto con el cliente un análisis de sus necesidades -generalmente in situ- para determinar la cantidad de agua a tratar, la calidad esperada y cuál es su ubicación en el proceso global. Además, se evalúa el entorno, desde la extracción del agua bruta hasta el posterior uso del agua tratada, y se incorpora al concepto global del tratamiento previsto. Esto garantiza que la planta de tratamiento no esté sobredimensionada o minimizada innecesariamente y pueda suministrar la cantidad de agua deseada, con la calidad óptima en todo momento.

Análisis del agua como base para la planificación de proyectos

Tanto la fuente de agua bruta como el uso deseado del agua pura tienen una influencia significativa en el diseño de la tecnología de proceso requerida y en el análisis fisicoquímico y microbiológico del agua. El análisis del agua por parte de un laboratorio certificado de renombre corre a cargo principalmente del cliente. Si (aún) no se dispone de dicho análisis, Chriwa puede realizar parcialmente sus propios estudios in situ o en el propio laboratorio de la empresa, o solicitar análisis especiales que vayan más allá, en laboratorios certificados independientes.

Tras la instalación y la puesta en marcha, se aplican los análisis de control necesarios, que documentan el correcto funcionamiento de la nueva planta de tratamiento.

Por supuesto, las plantas de tratamiento de agua Chriwa están equipadas con una variedad de dispositivos de análisis en línea, que simplemente documentan ciertos parámetros (en conexión con la visualización de procesos Chriwa), activan alarmas en caso de exceder o no alcanzar los valores límite, o también intervienen directamente (a través del PLC) en el sistema de control y, por lo tanto, asumen una función de supervisión y control.